La ansiedad. Averigua si tienes.
La ansiedad es una reacción emocional ‘normal’ que se da cuando se nos presenta un estímulo amenazante. Su función es protegernos de la amenaza, ¿de qué manera? Huyendo, evitando la situación o salir corriendo. Por tanto, los síntomas que presenta la ansiedad pueden tener una función adaptativa. En ocasiones un nivel mínimo de ansiedad puede que nos facilite la supervivencia. Dicho esto, imaginemos por un momento que estamos en medio de una selva y nos encontramos una culebra venenosa, quizá si huyes y sales corriendo, así se demuestra la función adaptativa de la ansiedad, por el contrario, si te quedas quieto, puede que no lo cuentes. En este caso, niveles elevados de ansiedad (en ese momento), nos han ayudado a salir corriendo y por tanto nos ha salvado la vida.
Entonces, ¿por qué parece ‘negativo’ tener ansiedad?
Debemos distinguir la ansiedad adaptativa de la ansiedad patológica. Entendemos por ansiedad adaptativa el caso de la culebra venenosa por ejemplo, es decir, cuando la respuesta de ansiedad parece perfectamente ‘normal’ y nos ayuda a adaptarnos al medio. Por el contrario, en la ansiedad patológica no ocurre así, en este caso no existe peligro real sino que existe una interpretación errónea o exagerada de lo que piensas que te está pasando o que te podría pasar (ansiedad a la hora de volar, para hablar en público, etc). Esta respuesta es inapropiada porque te impide actuar de manera eficaz. Además la ansiedad patológica provoca un malestar significativo en la persona interfiriendo así en otras áreas de su vida como puede ser el área laboral, social, familiar, etc.
Las principales diferencias se pueden observar en la siguiente tabla:
Detectando la ansiedad
Hay determinadas situaciones que a unas personas pueden producir ansiedad y a otras no. La ansiedad no se manifiesta de igual forma para todos ni se presenta ante todos en las mismas circunstancias. Por consiguiente, la ansiedad se puede manifestar de tres formas distintas. A nivel cognitivo (qué pienso), a nivel fisiológico (qué siento) y a nivel conductual (qué hago). Existen muchas clasificaciones de la ansiedad y es por ello que se recomienda al lector no tomar ‘a rajatabla’ estas características, ya que depende de en qué momento se den, ante qué personas, ante qué circunstancias, cada cuánto tiempo, etc.
A nivel cognitivo la ansiedad se puede, manifestar de alguna de las maneras siguientes:
– La persona se muestra hipervigilante, es decir, busca constantemente indicios de que pueda existir algún peligro
– Aparecen pensamientos repetitivos y negativos de amenaza como ‘no seré capaz’, ‘no puedo hacerlo’, ‘seguro que me pasa a mí’, etc.
– Pueden aparecer en su mente imágenes negativas ‘pasándole lo peor’
– Algunas personas tienen la idea de que ‘se van a volver locos’
– Preocupación.
A nivel fisiológico se pueden presentar síntomas como:
– Se pueden presentar palpitaciones o taquicardia
– Palidez o sofocón
– Respiración agitada o problemas para respirar
– Sudoración excesiva
– Sequedad de boca
– Micciones frecuentes
– Aumento de la presión sanguínea
– Tensión muscular
– Sensación de ahogo o dificultad para respirar
– Diarrea o estreñimiento
– Escalofríos
A nivel conductual se pueden mostrar algunos de estos síntomas:
– Evitar la situación, salir corriendo
– Mover las piernas sin parar
– Fumar más de lo habitual
– Evitar las relaciones sociales y personales
No obstante, es importante que para evaluar y diagnosticar la ansiedad, se acuda a un profesional especializado y cualificado para intervenir en este tipo de casos. No todas las personas tienen los mismos síntomas y además existen muchas clasificaciones de la ansiedad. Si te sientes identificado con varios de estos síntomas puede ser un indicio de que estés sufriendo un proceso de ansiedad, la mejor decisión en este caso es acudir al médico de cabecera y pedir derivación al psicólogo, o acudir directamente a un profesional de la psicología, a través de seguro privado si se tiene o personalmente. Lo que sí está claro, es que la ansiedad se puede tratar y eliminar.